La conciencia de Zeno (1923), Italo Svevo

 

"La conciencia de Zeno"

(La coscienza di Zeno) 1923

Italo Svevo (Trieste 1861-1928)

Ed. Mondadori, bolsillo, 467 pág.


La existencia del libro “La conciencia de Zeno” se debe a un hecho, sin duda, singular. Cuando el autor triestino Italo Svevo, de padre alemán y madre italiana y cuyo nombre real era Aron Hector (Ettore) Schmitz, ya casi había decidido abandonar la literatura después de dos obras de escaso éxito, conoció a James Joyce en la academia de idiomas donde el autor daba clases de inglés. Éste le animó a continuar escribiendo. “La conciencia de Zeno” fue el resultado. Svevo moría poco después en un accidente de automóvil.

Dicen que el escritor argentino Adolfo Bioy Casares cuando empezó este libro lo encontró insoportable. Tiempo después descubrió su fascinación. Yo no sé si acabaré por sentirla, creo que no. Porque si bien el inicio no me ha parecido insoportable, toda la lectura en sí ha sido irritante y desagradable. Tan sólo el hecho de que estuviera publicado en 1923, en un momento de renovación estética literariamente importante y el apoyo de Joyce, me ha obligado a terminarlo.

Zeno Cosini, el protagonista de la novela, cuenta en primera persona determinados episodios de su vida para su psicoanalista, con la esperanza de que lo cure de su adicción obsesiva al tabaco. A medida que avanza el relato observamos que la afición por la nicotina es tan sólo la punta del iceberg de una personalidad absolutamente trastornada, inmersa en una aparente normalidad.

Se ha señalado que la originalidad del texto proviene de la presentación de un narrador poco honesto, que nos miente. Zeno seguramente miente, pero es irrelevante. Ya que es la característica de la narración en primera persona; todos mentimos, porque todos tenemos una visión subjetiva y parcial de la realidad.

La cuestión no es si el narrador miente, sino ¿Qué nos cuenta?  Zeno es adinerado por herencia, por lo que no tiene que preocuparse por su sustento, pero es un hombre sin objetivos, ni metas. Pasa de unos estudios a otros sin decisión. La muerte de su padre lo arroja al mundo, en que apenas encuentra nada que hacer. En su futuro suegro encuentra a un sustituto del padre, que no logra ser. Y aquí encontramos la primera característica de su personalidad. Sólo logra apreciar y estimar a aquellos que se le ofrecen de forma absoluta, como lo hará su futura esposa, ya que no tolera ni la más mínima falta de entrega. Pasa del entusiasmo al desapego más categórico. Zeno observa la realidad que le rodea de una forma pasiva en el convencimiento infantil de que todo está dispuesto para su uso y disfrute.

No importa que sea un narrador poco fiable, ya que de forma más o menos velada nos cuenta todos sus sentimientos, aunque quizás no todos los hechos. Detrás de una apariencia de normalidad, hay una persona que disimula, siempre disimula. Los que le rodean pueden pensar que se trata de un hombre algo extravagante, pero buena persona. Recuerda el narrador que cuando era pequeño le preguntaba a su madre si era bueno o malo, concluyendo que a los niños se les cuenta que la maldad se cura “para librarme de tamaña angustia, quise creerlo de nuevo así y lo conseguí” (pág.357) y aunque él se esfuerza en aparentar un comportamiento bondadoso, lo cierto es que nos encontramos ante un psicópata.

Cualquier tratado psiquiátrico (ver notas) nos demostrará que el protagonista tiene un carácter de psicópata, histriónico, paranoico y psicasténico. No hay más que repasar su primera salida nocturna con Guido en la que piensa positivamente en asesinarlo, en su reacción frente a la muerte de su amigo Copler, en el maltrato al perro de Guido, en el desapego que en realidad siente por su amante Carla, con la que se complace en practicar más que el amor, los mecanismos de sumisión y poder.

Pensamientos varios, como:

a mí me parece que el dolor del niño es menos importante que el nuestro y vale la pena infligírselo con tal de evitar un gran trastorno al adulto” (pág. 321)

En definitiva, Zeno es un desalmado, gravemente enfermo mentalmente y que transfiere sus desordenes a enfermedades psicosomáticas y adicciones varias, cuya incomodidad es lo único que lo hace sufrir. Si Zeno hubiera sido un hombre pobre, quizás se hubiera entregado a la delincuencia. Pero su posición le permite esconder sus tendencias. Cree que la nueva disciplina del psicoanálisis puede ayudarlo a liberarse de las consecuencias de su psicopatía; los dolores y el tabaco. Pero no es así, y se burla de los procedimientos psicoanalíticos que le parecen infantiles. Y quizás lo son, ya que no son los adecuados a los desequilibrios del narrador, más necesitado de tratamiento psiquiátrico clásico.

Una vez terminado el libro, me pregunto por la intención del autor. Al margen de la exploración de nuevas formas de narrativa literaria, el contenido de la obra se me escapa. ¿Era consciente Italo Svevo que Zeno es un perturbado? Qué el psicoanalista tampoco está en sus cabales, ya que publica las memorias para ¿vengarse? ¿Es Zeno una metáfora de nuestra sociedad actual? No sé cual es el objetivo. Finalmente tampoco descarto la posibilidad, dadas ciertas similitudes entre la vida del autor y Zeno, de que “La Conciencia… sea precisamente una especie de autobiografía de Svevo con intenciones psicoanalíticas.

Italo Svevo (Trieste 1861-1928)



Notas:

Psicópata o personalidad psicópata; los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimientos, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos, la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su único y exclusivo beneficio.
Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como sugiere el estereotipo más extendido en nuestra sociedad acerca del psicópata. Un psicópata puede ser una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir remordimientos por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen delitos, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos, sin sentir por ello remordimiento alguno. (Wikipedia)

Histrionismo=sorprende de entrada; el histérico busca la forma de llamar la atención, gustar y seducir. Su actitud es teatral, sus explicaciones imaginadas dramatizan o embellecen la realidad, a veces incluso la falsifican…
Paranoia=sobreestimación de sí mismo, que se manifiesta mediante suficiencia y orgullo, juicio severo con los demás, despreciativo, desfacedor de entuertos… se obstina en que triunfe su opinión sobre la de los demás… desconfianza y susceptibilidad…sombrío, egocéntrico, agresivo y celoso… quejas hipocondriacas: el médico se enfrenta a menudo con acusaciones de negligencia o incompetencia y con la reivindicación a veces abusiva del enfermo; se impone una extrema prudencia ante un paranoico en lo referente a decisiones terapéuticas
Psicasténia=se caracteriza por un sentimiento de estar incompleto, tendencia a los escrúpulos, por la duda, las crisis de conciencia, las rumiaciones mentales. Preocupaciones introspectivas lúcidas, dolorosas, tristes, culpables… fatiga… perfeccionismo… se desliga de la realidad cotidiana por una tendencia a la especulación intelectual…
(“Manual de Psiquiatría”, Th. Meperière y A. Féline, Ed. Toray-Masson, 1979)

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