Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), M. Twain

"Las aventuras de Huckleberry Finn"

(Adventures of Huckleberry Finn) 1884

Mark Twain (USA 1835-1916) 

 
Ed. Mondadori 2006, 371 pág.


A pesar de mi decepción de "Las aventuras de Tom Sawyer", ya tenía preparada la continuación, que es considerada superior y una obra maestra.

Afortunadamente "Las aventuras de Huckleberry Finn" es muy distinta de la anterior. El mundo que describe es el mismo, pero los ojos son de Huck. Está escrita en primera persona y la historia arranca del final de la anterior. Es un principio infantil de juegos que deja paso a la mas cruda realidad. Es curioso que el único libro mencionado al principio en el texto sea "El Quijote" (pág. 37), ya que las peripecias de Huck están en el mismo estilo, recuerdan nuestra picaresca y al "Lazarillo de Tormes", donde pueden explicarse los sucesos más terribles y trágicos con humor e ironía.

Huck inicia un viaje por el río Mississippi junto con el negro fugado Jim. Es una historia de aventuras y amistad entre dos personas que a pesar de haber sido castigadas por la vida tienen un carácter bondadoso e ingenuo. El río es protagonista indiscutible y las peripecias van sucediéndose. Destaca la de Boggs y Sherburn y toda la trama de los estafadores. Sobresale también la aguda crítica a la religión y a la aristocracia.

Todo es perfecto, hasta que a Mark Twain no se le ocurre nada mas disparatado que en los últimos capítulos incluir a Tom Sawyer. Es un jarro de agua fría. Cuando tenemos a Huck intentando rescatar al negro Jim, aparece Tom que le sugiere dilatar al máximo la liberación de Jim para darle emoción a la situación. Sin embargo, los lectores y Huck sabemos que mientras tanto el preso sufre. Tom surge no sólo para desarrollar un larga escena cómica, sino para infringir sufrimiento a cuantos le rodean. Difícilmente podemos estar de acuerdo.

No puedo entender el por qué Mark Twain destroza la novela al colocar nuevamente a Tom. Es un error fatal. Si la novela está planteada como un viaje iniciático en el que Huck madurará y se hará adulto, la llegada de Tom vuelve a colocar a los personajes de nuevo en la infancia. No comprendo la adoración de Twain por Tom Sawyer; Huck es claramente superior. Huck es tierno y sensato y Tom sencillamente estúpido y engreído.

Vamos una lástima. Como también lo es no poder leerlo en su versión original, ya que la renovación lingüística y estilística que pudo suponer en su momento, no la podemos apreciar.

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