"Las ninfas" 1975Francisco Umbral (Madrid 1932-2007)
Austral 2011, 239 pág.
Austral 2011, 239 pág.
Hay momentos en que después de leer tantas convencionales traducciones hay casi la necesidad de sumergirse en un buen castellano. En una escritura trabajada, pensada, casi cerca de la poesía y buscas esos textos que sacien esa necesidad.
Aunque no había leído nada suyo, de siempre he conocido a Paco Umbral y había oído que escribía bien, pero, era tan fuerte su imagen caricaturesca, carpetovetónica, mesetaria, cercana al esperpento y al circo mediático. Secuestrado en un personaje, más que en una persona, colgado de extravagantes señoritas y de obras con títulos rumbosos para llamar la atención, que no presagiaban lo mejor. Sin embargo, ese poso de que quizá escribía bien y la edición en la editorial Austral que es barata (7,95 €) manejable, con bonita tipografía, ha hecho que lo descolgara de una librería y lo comprara para cuando tuviera ganas de buen idioma, de escuchar música original y no las traducciones habituales a las que estoy acostumbrada.
Y después de leerlo me siento satisfecha. "Las ninfas" es una obra que en 1975 ganó el premio Nadal y habla de la adolescencia, de la adolescencia en una ciudad de provincias (1), donde reina la mediocridad y la pobreza típica de los años franquistas y lo hace con un lenguaje precioso, riquísimo, con unas imágenes finamente destiladas, líricas, con un trabajo sobre el castellano y la profundidad con la que aborda las impresiones que va recibiendo el personaje principal que, sin duda, eleva por momentos el alma. Ha sido un bálsamo.
"Pasaban silenciosos obreros en silenciosas bicicletas, con la luz del farol como una lamparilla ambulante de la pobreza. Pasaban lecheros triunfales en sus carros ruidosos, con caballos piafantes, y se perdían en seguida en el laberinto de las calles. Pasaban viejas, reducidas a su sombra, que iban quedando abrasadas, como mariposas de luto, en las luces de los ultramarinos, y pasaban curas o monjas repartiendo noche con el vuelo de su hábitos" (pág. 25)
Mirando la biografía de Umbral leo que, al parecer su obra está poco traducida a otros idiomas por las dificultades de trasladar el sentido exacto de lo que pretende decir. Una lástima. He sabido también que en realidad se llamaba Francisco Pérez Martínez y que su madre era una señorita de Valladolid que tuvo que ir a parir a Madrid porque era soltera. Creo que con estos antecedentes y la desgraciada muerte de su hijo a los seis años de leucemia, que refleja en su libro "Mortal y rosa" que no sé si me atreveré a leer, no me extraña que Paco Umbral se fabricara una coraza para enfrentarse al mundo.
(1) en las grandes ciudades, la mediocridad y pobreza eran las mismas, la diferencia era que había más gente y por lo tanto, más anonimato.
Comentarios
Publicar un comentario