Roseanna (1965), Maj Sjöwall y Per Wahlöö

 

"Roseanna" 1965

Maj Sjöwall y Per Wahlöö

RBA ed. 2007, 270 pág.



En la introducción a este libro firmada por el también autor de novela negra Henning Mankel, se nos explica que el matrimonio Maj y Per fueron quienes propiciaron el movimiento de renovación de la novela negra en los países nórdicos. También puede leerse en diferentes lugares que los autores eran un matrimonio de periodistas y comunistas que tenían interés en poner de manifiesto las contradicciones sociales de su país aparentemente tan avanzado, así como presentar unas situaciones y escenarios basados en la observación y en el detalle. "Roseanna" es la primera de diez historias con el policía Martin Beck como protagonista. La carrera literaria del matrimonio finalizó con la muerte de Per en 1975.
 
Tengo que decir de entrada que a mí la novela negra nórdica en general no me gusta. Y sobre todo no me gusta escrita. Cuando la veo en cine es distinto. Los paisajes aportan mucho. Algo que lamentablemente el texto no puede ofrecer. En cuanto a los temas, los encuentro muy sórdidos, casi siempre de temática sexual, con inclinación a la pederastia o/y incesto. Subtemas que detesto especialmente. Por otro lado el ambiente es claustrofóbico, triste y sombrío. Todo tiende a lo gris y a la depresión.
 
Por lo que se refiere a esta novela en concreto hay bastantes elementos a tener en cuenta. Por un lado no me ha gustado demasiado por los motivos que explicaré más abajo y por otro la he leído en una sola tarde, lo que parece contradecir lo primero. Creo que "Roseanna" está bien escrita, documentada y se nota ese interés por reflejar la realidad.
 
El problema desde mi punto de vista es que el crimen deba resolverlo la policía, ya que se trata de un caso que ocupa demasiado tiempo. Si Martin Beck fuera detective podría dedicar el tiempo que quisiera y cuando quisiera a la investigación del crimen pero, tratándose de la policía y habiendo pasado tanto tiempo entre el descubrimiento del cadáver y su posible resolución, plantea problemas de realismo. Yo no me puedo creer de ninguna de las maneras que la policía sueca dedique tanto tiempo y personas a un simple caso de asesinato en el que parece que trabajen como mínimo cuatro personas durante un año. Dando la impresión de que no hacen nada más.
 
Éste ya es un problema grave de aceptación de la historia. Después, al personaje de Martin Beck no le encuentro atractivo desde ningún punto de vista y lo que cuenta no aumenta mi interés. El interrogatorio final al asesino que aportaría claves de las habilidades de Martin, para mí es muy flojo. No entiendo ni cómo confiesa.
 
La fidelidad en las descripciones es cierta, pero un poco inútil. Como saber exactamente los horarios de los barcos y bastantes detalles, algunos precisos pero molestos, como la visión de esclusas y esclusas y esclusas y un montón de esclusas. O la precisión innecesaria del "cucharón" de la grúa, término feo donde los haya, así como referirse demasiadas veces al "mamparo" en lugar de pared o separación de camarotes en un barco. Hay palabras que siendo correctas ofuscan el relato, hace que nos fijemos demasiado en detalles que no tienen importancia. Dicho una vez mamparo está bien, repetirlo, cansa.
 
En conjunto tenemos una historia triste en un país gris y aburrido, con unos protagonistas grises y aburridos, un cadáver que tarda mucho en dar juego y un asesino gris, aburrido también.  No encuentro la crítica social en ningún momento. También me pregunto que si de lo que se trata es de concienciar sobre el mal, no sé si lo más adecuado es coger a un asesino que no está bien de la cabeza y por lo tanto es un enfermo.
 
No sé exactamente qué es lo qué en general quieren denunciar los autores nórdicos de novela negra: Qué sus países son prósperos, pero siniestros. Qué no es oro todo lo que reluce. Qué en todas partes cuecen habas. Qué es singularmente triste y deprimente vivir allí.

Me pregunto si lo que realmente subyace es una sociedad que se siente culpable. De procedencia religiosa luterana y calvinista, un estilo de vida muy austero. Una comunidad muy permisiva de cara afuera pero muy puritana por dentro, a la que este mundo de prosperidades y desvergüenzas económicas y sociales deja en un estado de confusión y pecado. Una sociedad de la que pudimos conocer bastante en las películas de Ingmar Bergman.

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