"La señora del perrito y otros cuentos"Antón Chéjov (1860-1904)
Alianza editorial, libro de bolsillo 1984/2015, 206 pp.
índice:
- Historia ruin, 1882 (p.13)
- El amanuense, 1886 (p.26)
- Enemigos, 1887 (p.34)
- En casa, 1887 (p.53)
- El monje negro, 1894 (p.67)
- Ana al cuello, 1895 (p.112)
- La esposa, 1895 (p.131)
- Casa con desván, 1896 (p.141)
- Las grosellas, 1898 (p.167)
- LA SEÑORA DEL PERRITO, 1899 (p.183)
(selección, traducción y nota preliminar Juan López-Morillas)
Si se empieza con la lectura del cuento más popular de esta selección "La señora del perrito" se advierte cierta desesperanza fácilmente confundible con lo contrario. Sin embargo, la lectura total de los cuentos nos deja sin lugar a dudas del tono pesimista y deprimente de todos ellos.
Los hombres son estúpidos y fatuos. Las mujeres, por lo general o muy guapas o muy feas, pertenecen a su época y por lo tanto están demasiado pendientes por casarse y se encuentran todas ellas prisioneras de un sinfín de emociones enfermizas.
Las situaciones son mediocres y burguesas. Algún momento de contemplación sublime de la naturaleza o algo por el estilo, da pie a que los personajes, de por sí poco activos, actúen, decidan hacer algo con su vida... siempre con mal resultado.
Evidentemente Chéjov domina los relatos cortos, de los que escribió cientos a lo largo de su corta vida amenazada por la tuberculosis desde el principio (de ahí su temperamento sombrío). Esas pinceladas breves, frases cortas con las que pinta un mundo en pocas páginas.
(10) LA SEÑORA DEL PERRITO, 1899 (p.183)
Se trata de uno de los cuentos más conocidos del escritor ruso. Quizá porque ha sido llevado a la pantalla en varias ocasiones.
Gúrov moscovita en la cuarentena pasa unas vacaciones solo en Yalta. Trabaja en un Banco, tiene tres hijos y un matrimonio sin amor. Las conquistas son habituales: tiene cierto éxito entre las mujeres y a él le gusta especialmente su compañía.
Se fija en una joven que pasea sola, la señora del perrito, la llaman así por ir acompañada siempre de un pequeño pomerania blanco. Ella mucho más joven también está casada en un matrimonio sin amor, ni ilusión.
Inician una aventura con propósito pasajero. Ella se siente especialmente culpable, a él le cansa ese sentimentalismo. Las vacaciones terminan y se separan. Cada uno vuelve a su lugar de origen.
Ya en Moscú, Gúrov se da cuenta de que nada lo llena y el recuerdo de Ana, la señora del perrito se instala en su ánimo como algo verdadero. Va a verla. Ella le promete visitarlo en Moscú y seguirán más visitas clandestinas, cuya naturaleza oculta no satisface a Ana y se impondrá la necesidad de alguna clase de evolución.
Con solo unas veinte páginas nos asomamos a un mundo. Un mundo de cierta mediocridad, donde podemos aceptar que dos personas encuentran el amor, un amor mediocre y burgués, una cierta clase de amor que seguramente también estará condenado al fracaso y al aburrimiento y a una necesidad de acción que ni siquiera los protagonistas están dispuestos a asumir. Es esa ausencia de idea de amor romántico y trascendencia, lo que le da a este relato un aire muy moderno.
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(Puerto de Yalta -Crimea- hacia 1900) "Al atardecer, cuando amainó el viento, fueron al muelle para ver llegar al vapor. En el embarcadero había muchos paseantes..." *** |
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Antón Chéjov (1860-1904) -el escritor con su perrito- |
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