Job, el Job de la Biblia nos es presentado como el epítome de la paciencia y de la resignación frente a las adversidades.
De pequeña (diez, once años) leí la Biblia completa seguramente porque era un libro que tenía a mi alcance. No es muy aconsejable, sobre todo el Antiguo Testamento, pero tampoco me afectó demasiado. Lo leía como un libro de aventuras, algunas de ellas muy sanguinarias y truculentas, pero en cualquier caso, sin ánimo de crítica y desde la óptica de la Iglesia Católica.
Ahora ya no soy creyente, pero parte de nuestra cultura está ahí, así que la leo de refilón buscando cosas, y lo que más me sorprende es cómo la Iglesia ha permitido que los fieles puedan leer unos textos tan incongruentes, tan perturbadores para la mente y para la fe (por ejemplo, la historia de Lot en el Génesis). Más hubiera valido que consideraran el Antiguo Testamento como algo referencial no canónico.
La historia del libro de Job es sobradamente conocida. Job es un hombre afortunado en todo: hacienda, familia, amistades y además siervo devoto de Dios. El Señor decide probarlo y se lo arrebata todo. Cuando ya no le queda nada, enferma su cuerpo sin llegar a matarlo para seguir probándolo. Job pasa la prueba y es premiado con nuevos bienes que superan a los anteriores (aunque su familia: mujer e hijos no vuelven. Crea una nueva familia, por lo visto, intercambiable por la anterior).
Ya de por sí todas estas pruebas son muy crueles e innecesarias. No se trata de una parábola en la que un ejemplo inventado se usa para ilustrar una enseñanza, sino que nos hablan de una persona existente.
Yo estaba buscando la presencia del Demonio en la Biblia, cuya presencia está solapada en los textos. Pero en Job aparece de forma clara y lo hace de la forma más extraña posible.
El inicio del Libro de Job describe los bienes que posee este hombre y la complacencia de Dios por su comportamiento. Entonces llega Satanás donde está Dios (qué por cierto ¿dónde está? ¿Satanás sube al cielo? ¿hay algún lugar intermedio?) . Dios le pregunta a Satanás de dónde viene, y el Demonio le contesta que de "darse una vuelta por la tierra / de estar vagando por la tierra". Dios a quien esta respuesta le ha parecido de lo más normal, le habla de Job y de su bondad. Satanás entonces le hace una apuesta, un desafío, un reto a ...Dios, que acepta. Job es bueno porque todo le va bien, si le fuera mal sería otra cosa. Cuando lo ha perdido todo Job, Satanás le dice a Dios que Job aún le sirve porque está sano y entonces Dios permite a Satanás que lo enferme, pero que no lo mate.
Es decir que en un hablar de tú y yo, como si fuera habitual, Dios y Satanás hacen una vulgar apuesta sobre un ser humano, a ver quien gana.
Hay que señalar varias cosas: 1) es una forma de decir que los males del mundo los provoca el demonio y Dios lo permite para probarnos (sigue siendo fatal) y 2) en el Nuevo Testamento cuando Jesús es tentado por el Diablo (Lucas 4) Cristo ni siquiera le presta atención.
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