"Lolita" (1955)Vladimir Nabokov (Rusia 1899-1977)
Ed. Anagrama 1986/2018, 389 pp.
Ed. Anagrama 1986/2018, 389 pp.
Es una lástima que esta novela venga precedida, acompañada de tantos "pre-juicios" e interpretaciones sesgadas.
Humbert Humbert es un hombre maduro de procedencia europea. Se instala en Estados Unidos gracias a una herencia y tiene una relación una niña llamada Lolita a la que conoce desde los doce años hasta sus dieciséis. Se casa con su madre para estar cerca de ella. La madre sale de escena y padrastro e hijastra deambulan por la América de moteles y lugares anónimos detestables. Lolita, que es como una flor de quince días o más adecuadamente una efímera mariposa (vive entre uno y nueve meses) que se convierte en una oruga (en un ciclo vital inverso) que se siente atraída por el poder que obtiene de la magia de su propio ser y que al mismo tiempo ignora o desatiende que ello solo puede llevarla al desastre. Finalmente rescatada para caer en otra trampa y quedar al final enredada en su propia inconsistencia.
Evidentemente el argumento es más complejo y denso. La historia está narrada por el propio Humbert que nos lleva desde su nacimiento y adolescencia, donde quedará fijada su obsesión por las "nínfulas" (un tipo de niñas sexuadas) hasta el desenlace final.
Hay que decir que lo mejor es cómo Humbert describe todo lo que le sucede. Con una mezcla de cinismo, ironía y cosmopolitismo europeo decadente que resulta muy divertida. La prosa está tejida de forma magistral y resulta una delicia leerlo.
Es cierto que no se puede obviar lo que nos cuentan y que se trata de un delito con el que no se deberían hacer bromas y Humbert es castigado por ello. Pero, creo que son dos cosas separadas. Un hecho delictivo y una forma de explicarlo. Sin duda hay en Nabokov un componente de provocación e innovación, que en este caso, no resulta artificial, ni es una estratagema que oculte deficiencias narrativas o compositivas, al contrario. Puede que lo que resulta en realidad más transgresor es que sea tan divertida.
Ya había visto la adaptación para el cine de Kubrick de 1962 y tenía una idea formada. Pero la novela es algo completamente distinto, es la película de una manera estructural desnuda, pero le falta la prosa, lo que cuenta y cómo lo cuenta el protagonista. Por lo que acaba resultando un pálido reflejo de lo que la novela es.
Sin embargo y aún reconociendo la gran habilidad de Nabokov para convertir un relato escabroso y mórbido en una joya de la literatura. Dónde asistimos al milagro de leer un listado de alumnos de una clase como si fuera una poesía y que funciona como un verdadero poema y otras virguerías narrativas por el estilo, a pesar de todo ello, hay algo que no funciona. El mecanismo es ideal si puedes leer el libro de golpe y acompañar todas las peripecias en un día o dos. Ahora bien, si se necesita más tiempo para leerlo. Si vas despachándolo de forma lenta, entonces, se convierte en una carga insoportable. Has conocido a un personaje detestable con el que te has reído a pesar de censurarlo, pero seguirlo durante bastantes días con el mismo talante, no se puede.
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