(The Last of the Mohicans: A Narrative of 1757) 1826
James Fenimore Cooper
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Es sin duda una transgresión decir que tal o cual libro célebre de la literatura universal está escrito de forma infame, pero dado que este blog no le debe pleitesía a ninguna capilla literaria me arriesgaré, incluso si me equivoco.
Siempre he tenido presente la obra de aventuras "El último mohicano" (1826) de James Fenimore Cooper, sin que sintiera interés por leerla. Conocía un poco la historia y sabía que tenía un gran prestigio en la patria del autor: Estados Unidos, dónde se hace leer en las escuelas. Yo creía que ello se debía a su calidad literaria. Pero no, se debe a la exaltación patriótica y además de la peor especie. Se propone la idea de que los europeos llegaron a América de la misma forma que los pieles rojas llegaron antes desde Asia, así que ambos eran intrusos y tenían los mismos derechos sobre el territorio. Aunque no es eso lo que importa, ya que estamos hablando de literatura, no de rigor histórico.
El caso es que he visto hace poco la adaptación en película** de 1992 que produce cierta curiosidad, porque no se entiende que el indio Uncas tenga un protagonismo tan limitado en favor de un personaje como Nathaniel de origen poco claro. Así como, al parecer los muertos y los supervivientes de la novela y el filme son completamente distintos. Así que finalmente me decido a leer el libro.
Señalaría en primer lugar la gran dificultad de hallar traducciones íntegras. Solo había versiones reducidas para consumo infantil y juvenil. Finalmente lo he sacado de la biblioteca municipal.
Me ha pasado muy pocas veces que un libro me sea imposible de leer. Esta ha sido una de ellas. A las setenta (de unas cuatrocientas) páginas abandono ante semejante tortura, Me ha parecido (quizá exagero) ilegible y no es culpa de la traducción, porque he buscado el original en inglés y son iguales.
De entrada la obra está escrita de esa forma profundamente anticuada y molesta en la que el autor define la personalidad de los personajes de acuerdo con su apariencia física: guapos o dignos = buenos, feos o peculiares = malos. Este es un defecto habitual en el que incurren la mayoría de novelistas de épocas pasadas, pero se puede hacer de manera más sutil e ingeniosa. No es este el caso. Para tener un acompañante añadiré que Graham Greene consideraba a este libro "ilegible".
La obra da gran importancia a la naturaleza agreste del paisaje donde ocurre la acción. Pero su descripción es altamente liosa, no acabo de entender dónde empieza el lago, dónde termina, o cómo se llaman los lugares. Me parece que ni siquiera me orientaría con un mapa en la mano. Sigue con una descripción de personajes tópicos indigesta, me describe a dos hombres de forma prolija, pero no da su nombre, ni dice quienes son (se supone que lo hará después, cuando hayamos olvidado lo que nos ha contado). Luego hay una conversación entre el padre de Uncas y Nathan que viene a ser como un diálogo platónico (¿?) en el que expresan sus opiniones y los dos se reconocen extranjeros en una tierra nueva.
En conclusión: la obra es enmarañada de una forma superlativa. Militarista: los hombres parecen vivir para demostrar su hombría en el campo de batalla. Las mujeres son tratadas y vistas con la mirada peculiar de la época y de Cooper. En general, un lavado de cerebro en pro de la independencia americana que resulta insoportable. Lo cual no quita que conociendo la historia de la novela se pueda decir que es una gran historia, en la que abundan datos sueltos de gran interés histórico, pero que deben espigarse de forma cuidadosa, pero en conjunto está explicada de forma atroz. Ahora entiendo lo de las versiones abreviadas.
Esto me hace recordar otro caso parecido con "El conde de Montecristo" (1844) de Alejandro Dumas (padre), cuya historia me encanta (por las adaptaciones fílmicas) e intente leer hace un tiempo. Imposible. Hay al inicio la descripción de los caracteres de los personajes principales; donde todos los buenos son buenos, buenísimos y guapos, mientras que los malos son malísimos sin medida, ni sentido, ni matices. Todo ello de la manera más tosca. Tampoco pude.
De todo ello no se concluye que con todas la novelas de esa época suceda lo mismo. En absoluto. No sucede en Charles Dickens, cuyos personajes buenos o malos están además llenos de matices e inmersos en determinadas situaciones que los condicionan y tampoco sucede en otros autores como: Austen, Tolstói, Stendhal, Flaubert, etc.
* Ed. Cátedra, letras universales, 1997, 510 pp. (introducción y varios 55 pp.) ed. Urbano Viñuela, trad. Javier Vallina. Se trata de una edición completa, cuidada y modélica.
**película: "El último mohicano" (The Last of the Mohicans) dir. Michael Mann, USA 1992
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