La promesa del alba (1960), Romain Gary

 

"La promesa del alba"

La promesse de l'aube, 1960 )

Romain Gary (1914-1980)

Ed. Mondadori 1997, 296 pp.


Autobiografía del nacido en la Lituania rusa en 1914 como Romain Kacew y luego convertido en Romain Gary.  Después de pasar dos años en Polonia llega a una especie de tierra prometida (para la madre) que es Francia a sus catorce años.

Estudia Derecho. En 1940 se enrola en las fuerzas de la Francia libre del general De Gaulle en el cuerpo de aviación donde será considerado un héroe (y un superviviente: casi todos sus compañeros han muerto; de trescientos solo han quedado dos, otro y él) y recompensado con diversos cargos en el cuerpo diplomático. En lo personal es un hombre polifacético que destaca como novelista, con escapadas al mundo del cine.

Se casa dos veces. La segunda con la conocida actriz estadounidense Jean Seberg, lo que le procura bastante notoriedad. Lamentablemente ella tiene bastantes problemas y acaba suicidándose por barbitúricos nueve años después de separarse en 1979. Aunque hubo sospechas de que fuera un asesinato. Un año después, Romain también morirá por suicidio disparándose en la cabeza a sus sesenta y seis años. Tenían un hijo juntos y el escritor se había hecho cargo de los tratamientos psiquiátricos de la actriz. Es difícil saber si los dos sucesos van juntos o no.

Romain Gary que primero es celebrado y apreciado como escritor con numerosos premios llega a una fase en la que los críticos lo consideran acabado, entonces, el autor publica con seudónimo logrando de nuevo premios y dejando en evidencia a la camarilla literaria.

En cuanto a este libro especificamente, hay que tener en cuenta que está escrito en 1960 con las limitaciones de información que ello representa respecto a todo el ciclo vital del autor. Romain recuerda sus primeros años en Lituania, Polonia, la llegada a Niza, estudios, servicio militar y la guerra.

Lo más destacable es la relación que tiene con su madre, que viene a ser como la otra protagonista de la historia y incluso un alter ego o Pepito Grillo de Romain, que es de una intensidad excesiva, apabullante, asfixiante, insoportable.  La señora mamá que ya tenía una cierta edad, se había dedicado al teatro, y tiene un niño fruto de una relación con un señor judío casado, abandona todo proyecto personal y se dedica de forma vehemente y trastornada a la veneración del chiquillo en el que proyecta mil y un futuros memorables. El niño será un hombre famoso... en cualquier materia que pueda destacar y en último caso será embajador de Francia.

Cualquier otro niño hubiera acabado desquiciado ante tanta presión, tanto amor mal entendido. Pero, por suerte, hay personas que resisten cualquier cosa y Romain se adapta al juego de su madre sin perder el horizonte de la realidad, aunque le cueste asumir tanto ridículo. Por encima de todo se dice que su madre lo quiere de verdad y ese amor es real y quizá será lo más real que tenga en su vida.
"Con el amor materno, la vida te hace al alba una promesa que jamás cumple"  (p.30)
Por parte del lector todo ello se contempla con cierta estupefacción porque sobrepasa cualquier límite de tolerancia. Por fortuna a la mamá le gusta que su hijo sea un Don Juan y camorrista por lo que no lo limita de forma total. Al principio Romain es un niño que poco puede hacer frente a tanta fe y confianza y amor por la persona hipotética que será en el futuro, pero cuando ya es estudiante universitario y deja que ella se siga matando a trabajar para que llegue a su destino esplendoroso y él se acomoda en intentar seguir ese supuesto destino aún a costa de la salud de su madre enferma, entonces, tenemos sentimientos encontrados. De alguna manera los dos no están bien del todo, si bien, todo es con una buena finalidad que como una autoprofecía se cumple totalmente con un novelesco final que borra absolutamente todas las sombras anteriores.

El libro se lee de forma muy amena. El autor contempla su trayectoria desde un cierto desengaño del momento actual en el que escribe (1960 después de su primer divorcio. Se casará con Jean Seberg en 1963). Su mirada es realista y nostálgica con un gran sentido de la autoparodia y del humor. Creo que es certero y me gusta que en la parte final sobre la guerra predomine la sensación de caos.

Romain nos transmite que hay que disfrutar de la belleza del mundo aunque sea poca y escasa.

1) Romain con su madre 2) Romain muy joven 3) con la indumentaria de aviador que le gustaba tanto 4) con su mujer Jean Seberg




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