Causas naturales (2018), Barbara Ehrenreich

 

"Causas naturales" -Cómo nos matamos por vivir más-

(Natural Causes. An epidemic of wellness, the certainty of dying, and killing ourselves, 2018)

Barbara Ehrenreich (USA 1941)

Ed. Turner Neoma 2018, 254 pp.


Entre las credenciales de la autora está el ser bióloga y doctora en inmunología celular, aunque su dedicación se proyecte hacia el activismo periodístico, más que en la investigación. Es una persona cualificada para opinar sobre bastantes datos sensibles de este libro. Previamente ya me había gustado mucho su otro ensayo:  “Sonríe o muere, la trampa del pensamiento positivo” (Smile or Die, How Positive Thinking Fooled America and The World, 2009).

En "Causas naturales" trata de bastantes temas con conexiones varias entre sí. De cómo nuestros esfuerzos por descubrir la forma de vivir más y mejor y casi no morirnos es algo poco natural. Podríamos decir que los comentarios más alarmantes, para algunas voces que se han alzado en contra, giran alrededor de los "chequeos" y pruebas médicas preventivas (recalco pruebas preventivas=no hay enfermedad aparente). Así como la crítica hacia la teatralidad del ejercicio de la medicina.

Sobre el tema de los chequeos preventivos, que es solo una parte limitada del ensayo, hay que señalar que la perspectiva es el de la propia Barbara y su experiencia. La autora tiene en este momento setenta y siete años y las ha visto de todos los colores. Hacer mamografías anuales a personas de setenta años es un disparate. Primero, porque es una prueba desagradable y anticuada; se radia a la persona y produce muchos falsos positivos. ¡Por favor! que inventen ya una forma de prevención menos dolorosa y humillante.

Toda la medicina de los chequeos es discutible y poco aconsejable en general. Se somete a la persona a la exposición de aparatos con radiación y la cifra de falsos positivos es alta con tratamientos posteriores de alto coste monetario y personal. Hay muchas modas, protocolos, tendencias, beneficios económicos, etc. poco estudiados y poco científicos.

Personalmente recuerdo como ejemplo el "cáncer de próstata".  Quizá durante casi treinta años, hasta 2010 (aproximado) que se hizo el silencio en este tema. Mientras estuvo en auge hubo un verdadero bombardeo médico para que los hombres se hicieran anualmente una revisión en este sentido para prevenir este tipo de cáncer. Se diagnosticaron casos y se curaron, se operaron a falsos positivos sin necesidad... finalmente se llegó a la conclusión que todos los hombres tienen cáncer de próstata en potencia y es cuestión de años que se desarrolle. Es decir, que si todos vivieran ciento cincuenta años, lo tendrían. La evolución en cada persona es muy variable y muchos hombres mueren por otras causas y tienen además cáncer de próstata, sin saber que lo tienen.  Total que la prevención estatal y pública ha cesado por completo, aunque cada persona de forma particular se haga las pruebas que quiera.

En cuanto a la teatralidad del ritual médico: bata blanca, estetoscopio al cuello, palpaciones manuales, tosa, diga: treinta y tres... Barbara usa otros ejemplos parecidos que ponen en evidencia una puesta en escena bastante parecida a cualquier ritual mágico de tribus primitivas. Estoy de acuerdo con ella que parte de esas ceremonias eran inútiles y solo servían para dotar de estatus superior y distanciador al doctor y también (no hay que olvidar) para tranquilizar al enfermo. Yo, en un aparte, pienso que el problema es que hemos ido a peor. Puede que los médicos tocaran sin motivo, pero esas acciones tranquilizaban e incluso se emitían diagnósticos que ahora (por falta de ese sistema) son imposibles. Ahora los médicos/as no te tocan en absoluto, no palpan nada, ni auscultan los sonidos cardíacos o respiratorios... ahora piden "pruebas" a máquinas. No emiten ningún juicio sin las pruebas correspondientes. Y si las pruebas dicen que no, no hay nada. Me hice un análisis de orina hace poco en el que aparecía una bacteria y en el mismo resultado escrito del laboratorio reseñaban los antibióticos apropiados. Pues igual no hacía falta el facultativo. Creo que el único médico que me ha tocado en años es el dentista... y tampoco, porque siempre es por medio de algún instrumento. Casi cada año me ha hecho una radiografía de la boca para detectar aspectos no visibles y resulta que la penúltima vez fui de urgencias por una caries enorme en una muela del juicio situada en la cara que queda tapada por el otro molar ¿para que me he hecho radiografías perniciosas? ¿para prevenir algo de nula utilidad?.

Yo no creo que Barbara Ehrenreich esté en contra de las pruebas médicas preventivas: análisis de sangre, orina... sino en contra de una industria de la salud que engaña a sus pacientes haciéndoles creer que "si controlan" = "dominan".  Y esto nos lleva a las creencias que determinados comportamientos y actitudes nos salvan de la muerte, como si ello fuera posible.

Desde luego, hay comportamientos y actitudes más sanas que otras. También hay quien lleva esos comportamientos al extremo de arruinar lo que se pretende salvar: ejercicio físico extremo, alimentación desequilibrada, etc.

Es decir,
  1. por un lado cuidarse y tratarse medicamente en exceso no es para nada saludable
  2. hacer un mantenimiento intensivo del cuerpo como una máquina de precisión pasa factura
  3. y la guinda: el cuerpo va por libre
La doctora Ehrenreich, nos explica para terminar que nuestro cuerpo es algo bastante distinto a lo que nos imaginamos y nos han hecho creer. Que cuando enfermamos es porque lo hemos tratado mal: hemos fumado, hemos bebido, hemos comido mal, no hemos hecho ejercicio, etc.  Es verdad que no tener esos vicios ayuda y tiene su resultado, pero el cuerpo va por libre. La impresión es que el cuerpo tiene su propia guerra y no siempre todos los componentes de nuestro cuerpo cooperan entre sí para el mejor funcionamiento de todo el organismo. En ocasiones los ataquen vienen de dentro. La doctora se centra en dos aspectos:

Las enfermedades autoinmunes y el extraño comportamiento de algunas células autoinmunes (macrófagos) en el desarrollo del cáncer.

Simplificando mucho y como lega en la materia, se podría resumir como: Uno, las enfermedades autoinmunes como por ejemplo la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple, se producen porque el sistema inmunitario del cuerpo ataca tejido sano al que atribuye un origen extraño. Este combate por fuego amigo es bastante desconcertante.

Y dos, cuando las células de autoreplican de forma errónea, el cuerpo tiene mecanismos para destruirlas. El complejo sistema inmunitario se pone en marcha para restaurar el orden. Si el mecanismo de destrucción falla o la replicación errónea es muy intensa se produce un cáncer.  Se ha descubierto que hay unas células de la familia inmunitaria llamadas "macrófagos" que literalmente se "comen" a los agentes nocivos. Estas células tienen aspectos generalmente positivos como destructoras de bacterias, pero también presentan un comportamiento paradójico en el cáncer. Las células en general se comunican por mensajes químicos. Los macrófagos rondan para hacer su trabajo de limpieza cerca del cáncer,  pero reciben mensajes que alteran su misión y se ponen de parte del cáncer:

"O, explicado de manera más emocionante, las células macrófagas y cancerosas parecen excitarse mutuamente hasta un punto en que las células cancerosas se crecen y salen en busca de nuevos territorios que conquistar [...] John Condeelis en el Albert College of Medicine, revela que los macrófagos en el interior de un tumor se unen a células cancerosas para entrar en un vaso sanguíneo que de otra manera resultaría totalmente impenetrable para estas últimas. Por decirlo de alguna manera, la macrófaga tiene las herramientas que le permiten separar dos células adyacentes de un vaso sanguíneo y hacer un agujero por el que la célula cancerosa puede escapar e irse a colonizar otras partes del cuerpo. Y las células cancerosas están locas por escapar, porque su éxito reproductivo da lugar a un entorno asfixiantemente poblado dentro de un tumor y falta de oxígeno" (pp.163-164) 

Inesperado y sorprendente. Lo contrario de lo que esperaríamos que pasara. Aquello de que el cuerpo se autoregula y se autorepara, resulta que, cada parte va por su lado aunque de ello resulte, de forma incomprensible, la destrucción del todo.

Precisamente el libro “Incógnito” Las vidas secretas del cerebro (Incognito. The Secret Lives of the Brain, 2011) David Eagleman (USA 1971) una de las cosas que plantea es la cierta independencia que tiene el cerebro para decidir por su cuenta antes que nosotros seamos conscientes.

El libro termina con reflexiones sobre la buena muerte y unos curiosos experimentos de LSD con moribundos. Hay al final también amplias referencias externas sobre los temas tratados que las personas interesadas pueden consultar.

A mí el ensayo me ha interesado y estoy bastante de acuerdo con las apreciaciones de la autora. Comprendo que a otras personas no les guste. No es obligatorio. No creo que aliente a descuidarse, ni a no tratarse en caso de enfermedad.



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