"Cómo acabar de una vez por todas con la cultura"(Getting Even , 1966-1972)
Woody Allen (Nueva York, 1935- )
Ed Tusquets, 1974 (2004) 161 pág.
(1) (comentario de la película)
Woody Allen (Nueva York, 1935- )
Ed Tusquets, 1974 (2004) 161 pág.
Recuerdo que leí este libro en su día (años setenta) y me reí mucho. También reía mucho con las películas de Woody Allen. Después se puso triste y ya no era lo mismo, pero no deje de seguirle, aunque con menos entusiasmo. Aquel primer libro se perdió, pero un día no hace demasiado me encontré con una referencia curiosa, el filósofo Nelson Goodman (1906-1998), en su libro "Maneras de hacer mundos" (Ways of worldmaking, 1978) lo menciona:
"Si el monista puede siempre argüir que para dos versiones de un mismo mundo sean versiones válidas sólo se requiere que ambas sean correctas, el pluralista podrá siempre responderle inquiriendo, a su vez, cómo es el mundo al margen de todas las versiones que sobre él poseeemos. Quizá la mejor respuesta es la que aporta el profesor Woody Allen cuando escribe: ....(x)..... Creo que lo que el profesor Allen nos dice es, sencillamente, que dejemos de pensar en el pensar, que la esencia no es esencial, y que la materia carece de importancia material...." (pág. 133-134)
(x) cita del texto "Mi filosofía" incluido en el libro que comento
Dado que Goodman no es Slavoj Zizek que citaría hasta lo que dice la portera de su casa, sino que se caracteriza precisamente por las pocas referencias a las que hace alusión. Pensé - ¿el "profesor" Allen ?- aquí tiene que haber un error, no puede ser el mismo. Volví a comprar el libro y sí que lo era. Todavía no acabo de comprender el alcance de la cita, si era en clave de humor o no. Ya que tengo que encontrar el momento adecuado para leer a Goodman en profundidad, que tampoco es fácil (me gusta lo de la multiplicidad de mundos).
Hace un par de días vi la última película estrenada de Allen, "Midnight in Paris" (1) que comento más abajo y pensé. Esto ya lo he leído. Y volví a este libro, leí el capítulo en concreto y ya de paso he vuelto a leerlo, ya que es de muy fácil lectura y en cualquier caso te ríes.
"Cómo acabar..." es una colección de textos humorísticos publicados entre 1966 y 1972 que aparecieron en principio en "The New Yorker" y otras revistas. Son textos en los que se parodia la alta cultura que de alguna manera estaba de moda en el aquel momento. Supongo que si tienes presente la película "El séptimo sello" (1957) de Bergman y te la has tomado muy en serio, ver como le dan la vuelta hace bastante gracia. En la medida que todos esos temas no están de actualidad, el libro también la pierde, pero en cualquier caso sigue conservando esa iconoclastia tan divertida.
Me doy cuenta de cómo me gusta esa forma de escribir y de cómo en cierta medida me ha influido poderosamente.
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"Midnight in Paris"
Woody Allen
USA, 2011
En una de las últimas películas de Woody Allen, el protagonista interpretado por él mismo es un director que se queda ciego, bien, pues no sé que si en este caso Allen está perdiendo vista sin darse cuenta, ya que sólo así comprendo que pueda filmar una historia de fascinación visual por una ciudad y lo haga con una fotografía tan espantosa.
La película empieza con una larga y finalmente tediosa secuencia de vistas de París con una fotografía que duele la vista y con la típica música de jazz que Allen usa hasta la extenuación. Después pasamos a una historia situada en el presente en la que la cámara recorta parcialmente la cabeza de los protagonistas. ¿es un problema de la sala de cine? no sé, ya poco importa. Aparece el actor principal, que en este caso es Owen Wilson, un actor por el que siento bastante simpatía, y está ausente, perdido, con una tristeza profunda y una mirada que asusta (¿no intentó suicidarse?) y sabes que no tiene que ver con su papel en la película. Después están todos los demás que acompañan, pero en este caso se limitan a cumplir con el mínimo.
Owen Wilson interpreta a un escritor en crisis fascinado con el París de los años veinte y mágicamente es trasladado a esa época dónde puede codearse con Hemingway, Picasso o Scott Fitzgerald. Aquí la fotografía parece más adecuada. Resulta bastante encantador y divertido ver cómo se presentan todos esos personajes, algunos más afortunados que otros. Mención especial para el Dalí de Adrien Brody. Entonces aparece la idea que mueve la película y finalmente constituye lo más importante: el escritor añora los años veinte y la musa de los años veinte añora la Belle Epoque y cuando son trasladados a la Belle Epoque descubren que los que están añoran el Renacimiento y el caso es al parecer despreciar el presente y sobrevalorar el pasado; la falacia de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Si bien, esta idea salva la película, la sensación general es que Woody Allen se traciona a sí mismo y que a estas alturas está haciendo demasiadas concesiones. Curiosamente con éxito, ya que al parecer la película gusta.
A mí me ha parecido bastante condescendiente con el público. Cuando veía a tanto español por el mundo de los años veinte, pensé que era una forma de dar las gracias a la productora española Mediapro, pero no es cierto. En realidad esta película ya fue escrita por Allen como relato titulado "Para acabar con los libros de recuerdos-Memorias de los años veinte" a finales de los años sesenta, está incluida en el libro "Como acabar de una vez por todas con la cultura". Si se lee este divertido relato se ve exactamente la película, pero con una notable diferencia, el texto es una parodia, la película un homenaje. La cuestión fundamental es que ahora no puede hacerse una parodia, ya que la parodia sólo funciona cuando se conoce el tema. No te puedes reír de Gertrude Stein si no sabes nada de ella.
"ese invierno, Alice Toklas, Picasso y yo alquilamos una villa en el sur de Francia. En ese entonces, yo estaba trabajando en lo que parecía que iba a ser una gran novela americana, pero los caracteres eran demasiado pequeños y no pude terminarla.
Por las tarde, Gertrude Stein y yo salíamos a la caza de antigüedades en las tiendas locales, y recuerdo que, en cierta ocasión, le pregunté si consideraba que yo tenía que hacerme escritor. En la típica manera enigmática, que a todos nos tenía encantados, me contestó "no". Consideré que me había querido decir sí y, al día siguiente partí hacia Italia..."
"Tanto Gertrude Stein como yo examinamos con meticulosidad las últimas obras de Picasso y Gertrude opinó "el arte, todo arte, es la expresión de algo". Picasso no estuvo de acuerdo y dijo: "Déjame en paz. Estoy comiendo". Mi opinión fue que Picasso tenía razón: estaba comiendo" (pág. 99-100)
Vivimos una época de baja cultura, de cultura mass media. En este momento no tendría sentido "La última noche de Boris Grushenko" (Love and Death, 1975) ¿por qué, quién lee ahora a Dostoievski y a Tolstoi...? muy pocos. No está de moda la literatura clásica (salvo Jane Austen). Woody Allen lo sabe y quizás ya no hace falta acabar de una vez por todas con la cultura, porque ya se ha hecho y ahora la gente sólo quiere historias bonitas que terminen bien, aunque no sea cierto.
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